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miércoles, 11 de enero de 2012

Divorcio. Parte 9: All my love.



We´ve been throught this such a long long time
just tryin´ to kill the pain
but lovers always come and lovers always go
and no one really sure who´s lettin´ go today
walking away...
November Rain – Guns And Roses[1]

Adam was created with two bodies, one of which was cut away from him and formed Eve.
Génesis Rabbah[2]

En noviembre del 2010 me aboqué al tema que titula el presente texto[3]. El interés surgió ya que a mí alrededor parecía existir una “epidemia” de divorcios. Parejas de amigos y conocidos estallaban sin dejar rastro. Acompañe a alguno de ellos durante el agresivo, doloroso y ambivalente trance, que por su carácter y naturaleza artera, muchas veces me dejaban sin aliento y otras muchas tantas sin palabra.

Tras un ejercicio autocrítico amplio, un año después, al leer el texto, me enfrento a la comprensión de que lo expuesto solo es débil retórica. Los planteamientos iniciales están sobrecargados de afectos confusos y un “deber ser o un debió haber sido” difuso. Las premisas son pretenciosas y derivan en meras alusiones alegóricas salpicadas de descripciones fenomenológicas parciales. Jamás preví que muchos de los argumentos alarmaban por su irresponsable parcialidad. La estructura del ensayo enfrenta graves debilidades documentales por lo que el desarrollo temático
es insostenible. Los laberintos argumentativos ciegos, incompletos o insuperables. Por lo que al final los silogismos que estructuran las conclusiones son simplistas y arrebatados.

Es evidente que al escribir ese texto “me angustiaba demasiado la angustia del otro”. Como solía ser mi estilo cognitivo, busqué una lógica causal para explicarme dicho fenómeno[4], el cual concebía como extraño y lejano. Para expulsar esta angustia me aventuré a formular interpretaciones “al vapor” sin ni siquiera detenerme en preguntas básicas: ¿qué es una pareja? ¿qué la atrae, cómo se eligen, se fusionan, se unen y/o se enganchan? ¿existe el amor, solo se trata de deseo, del “habitual frenesí de los espermatozoides”, de compromiso y/o de la coincidencia de un proyecto de vida conjunto?, ¿qué los separa? ¿qué genera tal agresividad al momento de la ruptura? ¿de dónde surge: estuvo latente; agazapada; corría como río subterráneo bajo la cama de los amantes o ambos la construyeron?.

Mientras me planteo estas preguntas, la letra de “I´ve Got You Under My Skin”[5] permea mi mente, diluye la angustia y desaparece el temor. La música me concentra y atomiza en contrasentido del vaivén del ritmo. Es inverosímil como este “romantic jazz” retrata las acciones y las intrigas de una relación de pareja. Viene a mi mente la frase de Irving Shaw "Nuestras pasiones destructivas. Por ellas somos y dejamos se ser" y me dejo distraer tranquilo mientras "La Voz" proyecta la ambivalencia contra el deseo y la razón.

La pugna se establece entre resistir o abismarse. Enamoramiento, locura, realidad y negación ¿son parte del mismo espectro sensitivo entre dos seres humanos que se atraen? La música sigue, mientras el torbellino de la imaginación arranca los planteamientos previos en tres minutos y 46 segundos que dura “I´ve Got You Under My Skin”: los primeros acordes suenan a música de elevador, después la tonada parece sobria y se interrumpe con abruptas pausas; mientras incrementa ritmo estalla en pasión y la alegría de orquesta, concluye casi en un susurro y reparo en el significado de los siguientes fragmentos de la letra:

I've got you under my skin.
(Te tengo bajo mi piel)

I've got you deep in the heart of me.
(Te tengo en lo profundo en mi corazón)

So deep in my heart that you're really a part of me.
(Te tengo tan profundo en mi corazón que realmente eres parte de mí)

I'd sacrifice anything come what might
(Sacrificaria cualquier cosa, pase lo que pase)

For the sake of havin' you near
(Por el bien de tenerte cerca)

In spite of a warnin' voice that comes in the night
(A pesar de una voz de adviertencia, que aparece en la noche)

And repeats, repeats in my ear:
(Y me repite y repite al oído:)

Don't you know, little fool, you never can win?
(¿qué no sabes, pequeño tonto, que tu nunca podrás ganar?)

Use your mentality, wake up to reality.
(Usa tu inteligencia, regresa a la realidad.)

But each time that I do just the thought of you
(Pero cada vez que lo hago, tan solo pensar en ti)

Makes me stop before I begin
(Me detiene antes de empezar)

'Cause I've got you under my skin.
(Porque te tengo debajo de mi piel.)

Una semana después advertí que estos fragmentos adquirían un significado que no percibí hace un año - He aquí, la naturaleza de las relaciones humanas - Fue inútil tratar de rearticular el texto y lo abandoné por días. Retrase la publicación casi un mes. En vano traté de olvidar la tonada y procuré disuadirme de la reflexión a posteriori. Sin embargo, hay raras coincidencias que no son accidentales y la interrogante primaria por fin se aclaró: ¿Qué es la pareja y qué papel juega el enamoramiento en su atracción? Al fin me siento reivindicado, pues ya tengo la pregunta y la convicción de aventurarme en procurar la aproximación a una o varias respuestas.

En esta ocasión, agradeceré sus construcciones y/o aproximaciones personales.


[3] Reescritura

2 comentarios :

Anónimo dijo...

En este sentido, la pareja como tal, en efecto, no existe; se trata de proyecciones, deseos y transferencia depositados en el otro. Como dijo Lacan: Amar es dar lo que uno no tiene a quien tampoco es, y en ese sentido no se si años de diván serían suficientes para poder distinguir cuándo se trata de mis proyecciones y cuándo en realidad es algo que le corresponde al otro.

Anónimo dijo...

"Nunca amamos a nadie: amamos, sólo, la idea que tenemos de alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos"